Mi profesor me enseñó a ser fuerte, me enseño a concentrarme, a dejar pasar los pensamientos, los recuerdos, a mirarlos de frente y dejarlos ir, cada clase nos hace cerrar los ojos, hay siempre tanta traquilidad, ni un solo sonido. Suena el plato,todos empezamos a contar nuestras respiraciones, una, dos, tres, cuatro, y cada pensamiento que nos pasa por la cabeza lo tenemos que dejar atrás y volver a empezar con la cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario